La máscara de Parachico es una de las piezas artesanales más representativas del estado de Chiapas, se elabora de madera de cedro, el artesano necesita de 10 diez para producir una y su valor en el mercado es de 2 mil 800 pesos, la tradicional y 3 mil 500 la barbada.
Cada máscara tiene sus propios rasgos de acuerdo a la tradición de Chiapa de Corzo y, por supuesto, el gusto del tallador, después de tallar la figura, la máscara es pintada a pincel y luego con esófago de res.
La máscara de Parachico representa la típica imagen que el indígena tenía del español; es decir, frente amplia, patilla rizada, nariz recta y afilada, ojos claros, bigote, barba rasurada y mejillas sonrojadas.
Los Parachicos son danzantes tradicionales de la fiesta grande de Chiapa de Corzo, en el estado de Chiapas y que tiene lugar del 8 al 23 de enero de cada año; la fiesta tradicional, que se conforma de música, danza, artesanías, gastronomía, ceremonias religiosas y otras diversiones, forma parte de las festividades en honor de El Señor de Esquipulas, San Antonio Abad y San Sebastián.
Los trabajos en madera gozan de gran popularidad en los países latinoamericanos; la existencia de grandes áreas arboladas ofrece la posibilidad de adquirir una riquísima variedad de materias primas; sin embargo, los antiguos habitantes del continente americano prefirieron los labrados en piedra a los de madera.
Con el arribo de los europeos, vinieron ideas nuevas en la utilización de la madera y con éstas llegaron también estilos, diseños y nuevas aplicaciones; las necesidades del culto religioso crearon una demanda de imágenes de santos.
Al principio fueron traídos de Europa pero pronto las importaciones fueron insuficientes y es cuando se inicia la producción local de esculturas y tallados, los maestros artesanos se rodearon de aprendices indígenas y el arte importado recibió una interpretación indígena que lo transformó en arte mestizo.
Gracias a este proceso fue posible culminar la decoración de iglesias que, de acuerdo a los estilos barrocos y platerescos predominantes de la época, requerían, entre otras cosas, de imágenes, altares y todo tipo de trabajos en madera.
Hoy en día, aunque los talladores de imágenes reciben todavía encargos, generalmente aplican su arte a otras finalidades como la elaboración de estatuas y figurillas ligeras, adornos para decoración de interiores, utensilios de cocina, mesas, etc.
La temática de las piezas talladas en el estado de Chiapas está constituida por representaciones de indígenas de diferentes etnias, máscaras, santos, horquetas para resorteras, figuras de animales, reproducciones de la fuente mudéjar de Chiapa de Corzo, cuadros ornamentales. Las maderas preferidas por los talladores chiapanecos son el cedro, caoba, cupapé, primavera, guanacastle, guayacán, ciprés, pino, hormiguillo y pinabeto.
Los Parachicos se consideran una ofrenda colectiva a los santos venerados. Los bailarines recorren toda la localidad llevando las imágenes santas y visitando diversos lugares de culto, y sus danzas comienzan por la mañana y finalizan por la noche.
Los Parachicos van ataviados con máscaras esculpidas de madera, tocados con monteras de ixtle con cintas de colores y vestidos de sarapes, chales bordados de hilo de seda y lentejuelas van girando al son de la música, exclamando su alegría y tocando las sonajas de hojalata conocidas como "chinchines".
Fuente: Síntesis Sureste